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Eurico Silva, el propietario de este espacio, nos contó con orgullo la historia del proyecto, al que ha llamado así en homenaje a su madre, y a semejanza de su propia imagen, como un emprendedor y ambicioso. Arquitecto de formación, estudió arte y viajó por el mundo, trayendo consigo una maleta llena de inspiración y el deseo de crear algo nuevo, único y auténtico – O Filho da Mãe.

El espacio que nos acoge es pequeño, con solo 60 m², pero es el lugar adecuado para crear el ambiente íntimo, familiar y acogedor que desea. Aquí, todo está pensado al detalle, desde la decoración hasta la iluminación, sin olvidar la vajilla – hecha exclusivamente por una marca de Barcelos, y constantemente en actualización.

Más que un restaurante, O Filho da Mãe es un lugar para compartir, con una mezcla de varios conceptos y una oferta gastronómica distintiva. El chef venezolano Guillermo Rumbos es el responsable de la cocina, que crea un menú de temporada en el que los ingredientes son siempre frescos. Así, la garantía de excelencia está salvaguardada y la atención a la selección y preparación de cada plato es visible. La cocina es transversal, puede elegir un plato tan portugués como los bien portugueses “peixinhos da horta”, pero sentirá la fuerte presencia de la inspiración de otras cocinas, como las de América Latina y España.

La bodega cuenta con más de 40 referencias y está en constante actualización. Se pretende seleccionar y procurar vinos no comerciales e importar vinos de Sudamérica. El proyecto es ambicioso, pero su equipo destaca por su calidad, dedicación y pasión, haciendo que el proyecto, aún reciente, sea ya una referencia en la ciudad para quienes buscan un viaje gastronómico.

La intención no es vender comida, sino proporcionar experiencias, y quien visita O Filho da Mãe tiene la garantía de que saldrá agradado, confortado y sorprendido. Probamos el Entrecôte con arroz de piñones, rico en sabor y calidad, ¡y salimos con ganas de volver!

Sugerencia Cool: O Filho do Mãe es el lugar perfecto para una cena entre amigos. El ambiente es relajado, el espacio es cómodo y bonito y la comida... ¡es deliciosa y perfecta para compartir!