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Braga es una ciudad con grandes atractivos y uno de ellos es la repostería tradicional. Los dulces conventuales típicos de la ciudad son muchos, pero el más conocido es el Pudin Abade de Priscos.

Esta receta viene del abad Manuel Joaquim Rebelo, y se llama Pudin Abade de Priscos por este haber sido abad (en portugués, 'abade') en la parroquia de Priscos en Braga el siglo XIX.

Y fue exactamente en Priscos que encontramos a Albina, a quien preferimos llamar Tía Bina, por la hospitalidad con que nos recibió en su casa, donde confeccionó el pudin mientras nos contaba historias sobre el famoso abad, que era muy conocido por sus dotes culinarios, siendo llamado para cocinar para la familia real siempre que esta visitaba la región Norte.

De esos banquetes que cocinaba para el rey, se cuenta que un día el abad se habrá dedicado a triturar un haz de paja para obtener un rebozado muy fino que usó después en rellenos y salsas en una comida confeccionada especialmente para D. Luís. En el final, el rey agradado mandó llamar el sacerdote Manuel Rebelo, lo felicitó y quiso saber de que eran hechos determinados platos de sabor delicioso, al que respondió el abad:

“- ¡Era paja, Real Señor!”

D. Luís, muy admirado, cuestionó:

“ - ¿Paja? ¿¡Entonces da paja al rey!?”

El abad bajó la cabeza, y con una sonrisa maliciosa esclareció:

- “¡Perdonad, Real Señor! Pero... Todos comen paja: la cuestión es saber prepararla."

Durante la divertida conversación, también nos mostró recortes de documentos antiguos y la receta original del pudin que le ha sido dada, revelando que ni siempre le corrió bien la confección: fue con el tiempo y con interpretación de la receta que la perfeccionó pues, como decía el abad, “el pudin es muy fácil de hacer, pero difícil de acertar". Sin embargo, Tía Bina siempre acierta, y ya ganó 2 veces la condecoración del mejor Pudin Abade de Priscos.

Si quiere experimentar este pudin de los dioses, puede encomendar un pudin a la Tía Bina por el siguiente número: 913 063 114.