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En el Historia à Mesa las recetas son confeccionadas artesanalmente y el resultado son los dulces conventuales y tradicionales de Braga que no dejan nadie indiferente. Este es el espacio ideal para meriendas tardadas y largas conversaciones.

Situado en el número 6 de la Rua do Raio, este café de dos pisos podría pasar desapercibido a los ojos de los más distraídos, pero el aroma dulce cautiva quienes caminan por la calle en dirección al Jardín de Senhora-a-Branca y es inevitable: tenemos que entrar para descubrir un poco más de aquello que se hacía en los monasterios y conventos miñotos entre los siglos XVI y XIX.

Mazapanes, pastelitos de 'cidrão', tocino de cielo, celestes, pudin Abade de Priscos... Hay de todo un poco y una garantía: todos los dulces son elaborados con pasion y el mayor de los cuidados, para que traduzcan aquella sensación bonita de conforto – es como merendar en casa de la abuela – y las mesas de Pascua y de Navidad ganan un nuevo encanto gracias a las encomiendas especiales que podemos realizar durante esas épocas del año.

En el História à Mesa se promueve la preservación de la tradición y la decoración cuidada, en la cual destacamos inmediatamente los azulejos azules y blancos que conectan perfectamente con los dulces tradicionales que nos cuentan la historia gastronómica de la ciudad de Braga. ¿Cómo no gustar?

Sugerencia Cool: Descubra Braga por la boca y pida la prueba de 6 dulces conventuales de Braga, acompañados por una infusión de hierbaluisa o hierba limón.